EL CONTROL ESTÁ POR ENCIMA DE LA CONFIANZA Elaborado por: Dr. Alexander Luciano

EL CONTROL ESTÁ POR ENCIMA DE LA CONFIANZA


Elaborado por: Dr. Alexander Luciano

En el ámbito de las organizaciones y empresas, la confianza es un elemento fundamental para crear un ambiente de trabajo armonioso y productivo. Sin embargo, en muchas ocasiones se tiende a subestimar la importancia del control como un complemento indispensable de esa confianza. Afirmar que “el control está por encima de la confianza” no significa descartar la fe en las personas, sino entender que para asegurar el cumplimiento de los objetivos organizacionales, es necesario contar con mecanismos de control sólidos. Como dice el refrán: “Confía, pero verifica”.

La importancia del control en las organizaciones
En cualquier entorno empresarial, la confianza permite que los equipos funcionen con cohesión, promueve la colaboración y facilita la delegación de responsabilidades. Los líderes que confían en sus colaboradores crean un ambiente donde la autonomía es valorada y la innovación florece. Sin embargo, como señalaba Peter Drucker, “lo que no se mide, no se puede gestionar”. La confianza sin control puede derivar en riesgos importantes, como la falta de seguimiento en los proyectos, errores no detectados o el incumplimiento de procesos críticos. El control, por su parte, no debe entenderse como una práctica de microgestión o desconfianza, sino como una herramienta para garantizar la calidad, eficiencia y cumplimiento de los objetivos trazados.

La dualidad confianza-control
Las empresas más exitosas entienden que tanto la confianza como el control son pilares complementarios. La confianza impulsa a los colaboradores a asumir retos y trabajar con independencia, mientras que el control asegura que ese trabajo sigue los lineamientos establecidos y contribuye al logro de los objetivos organizacionales. “La disciplina es la hermana gemela de la confianza”, dijo el filósofo Séneca, destacando que el éxito necesita tanto estructura como libertad. Por ejemplo, los sistemas de auditoría interna no buscan señalar a las personas, sino asegurar que los procesos financieros sean transparentes y cumplan con las normativas. De igual forma, los reportes de desempeño no tienen la finalidad de generar presión, sino de proporcionar retroalimentación valiosa que permita ajustes y mejoras.
El control también es vital para gestionar el riesgo. En un entorno donde las variables económicas, tecnológicas o de mercado son impredecibles, los mecanismos de control ofrecen una base sólida para anticipar y mitigar problemas. Esto se hace evidente en los sistemas de calidad, los cuales, mediante controles y estándares, aseguran que los productos y servicios sean entregados con el máximo nivel posible de cumplimiento. Según Kotter y Schlesinger (1979), “el cambio no es posible sin una estructura adecuada para monitorear el progreso y corregir el rumbo”.

Control para la mejora continua
Un aspecto clave es que el control permite la mejora continua. Al tener puntos de verificación a lo largo de los procesos organizacionales, es posible identificar áreas de oportunidad y corregir el curso antes de que se conviertan en problemas mayores. Este enfoque no solo aumenta la eficiencia, sino que también refuerza la confianza del equipo en su capacidad para operar bajo estándares claros y medibles. En palabras de W. Edwards Deming: “sin datos, solo eres otra persona con una opinión”. 
En una empresa, los controles pueden abarcar desde herramientas tecnológicas para monitorear el desempeño en tiempo real, hasta políticas claras para gestionar recursos humanos o financieros. Sin ellos, incluso el equipo más talentoso puede perder el enfoque y tomar decisiones que no estén alineadas con la visión general.

Conclusión
Confianza y control no son opuestos, sino componentes esenciales que deben coexistir en cualquier organización bien gestionada. Al final, el control está por encima de la confianza porque es lo que garantiza la sostenibilidad de la misma. Un entorno donde la confianza fluye, pero está respaldada por controles adecuados, es un entorno donde las personas pueden desarrollarse y la empresa puede alcanzar sus metas sin comprometer su estabilidad.

 Referencias bibliográficas:
  • Drucker, P. F. (1993). Management: Tasks, Responsibilities, Practices. HarperCollins.
  • Kotter, J. P., & Schlesinger, L. A. (1979). Choosing Strategies for Change. Harvard Business Review.
  •  Deming, W. E. (1986). Out of the Crisis. MIT Press
 

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